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Mostrando entradas de agosto, 2013

El oráculo de Taita Viejo (Continuación)

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Cundo y el Oráculo. Capítulo 11 Miren, no es na, pero van a tener que soltarlo. Dice Taita Viejo que las chicharras le señalan a brujas la frontera de la vida y la muerte. Dice que las brujas oyen sus cantos porque son sus criaturas predilectas y porque sus chirri-chirri recordados durante la noche, les indican los puntos hasta donde deben llegar en sus paseos nocturnos. Dice Taita que si uno de estos insectos es atrapado sin invocar a los espíritus nocturnos, las brujas se pierden en los sueños de los que atraparon a su criatura. Así lo dice Taita Viejo y hasta me enseño a cazarlas y todo. Impresionados por la historia de Taita Viejo contada por Cundo, todos nos miramos en silencio.  -Bueno, ¿y sabes cómo podemos evitar que las brujas vengan a martirizarnos con sus pesadillas?- preguntó Rafa al poder articular nuevamente las palabras. -¡Pero claro!, Taita me enseño todo lo que hay que hacer y hasta las palabras mágicas- Cundo tenía la cara seria y el ceño fruncido, como para luc

EL ORCULO DE TAITA VIEJO (Continuación)

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.   Aparece Cundo     Capítulo10 Estábamos pasando esa especie de inventario cuando llegó Cundo, el negrito de los ojos asustados, quien al ver el insecto se puso todo tembloroso, a puntó para la chicharra y preguntó alarmado. -Desde cuando tienen ustedes al Heraldo de las brujas? ¡Para qué fue aquello!, Manolito dejó caer al suelo la piedra de imán, al Gordo Rafa por un tris no se le caen los espejuelos y yo, que estaba contando las lentejuelas, paré en seco y mirando directamente al negrito aquel como si estuviese viendo a un fantasma real.   -¿A quién?- preguntó Rafa luego de acomodarse los espejuelos. -¡A ese bicho!- contestó el negrito apuntando para el insecto que iba y venía en su volar dirigido por el cordel del gordo -El pregonero de las brujas- -La cogimos esta mañana y no es el pregonero de ninguna bruja, tú, es simplemete una chicharra. -íSí!, yo lo sé, pero ¿cómo la cogieron? -¡Ven acá!- respondió Manolito -¿Tú nunca has cogido una chicharra? -¿Si

AQUELLOS NIÑOS QUE SOMOS (EL ORÁCULO DE TAITA VIEJO)

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El heraldo de las brujas Capítulo 9 Semanas después de encontrar a Jalisco, el terror del barrio, el campeón en natación y saltos de carambolas, tieso y lleno de hormigas, estaba con el Gordo Rafa, y Manolito, debajo de una mata de caimitillo [1] cerca del tejar de los Yáñez, pasando balance al tesoro que habíamos recolectado durante toda la semana. Dicho tesoro nos haría llamar la atención entre las chiquitas del aula y pasaríamos a ser los chicos raros y envidiados por los demás. Teníamos, entre otras cosas: Un botón de nácar pequeñísimo Los dos colmillos del perro jíbaro que merodeaba por nuestro pasadizo secreto Lentejuelas verdes, rojas y azules. El esqueleto completo de una lagartija Una piedra de imán Y algo que nos convertiría de una vez y por todas en los chicos importantes de la escuela, una chicharra [2] que cantaba lindo, atrapada por el Gordo quien la traía atada por un cáñamo y la hacía volar por encima de nosotros.