POEMAS DE ERNESTO R. DEL VALLE [Cuba]

 EL PAIS DE LA SOLEDAD


Ignoto país el de la soledad.
he llegado a él sin visa ni sociego.
He traido el equipaje roto,
descosido por el lado
donde guardo el pasaporte.
Extraño pais éste, donde la tristeza
se cobra como un pasaje más
aunque viaje sobre las piernas
como un niño.
Extraño pais el del solo,
el de "sin nadie mas" de compañia
para el viaje, sino tú
con la angustia por boleto y el beso
de la muerte esperándote a la salida,
con tu nombre escrito
en un carton, para que no te pierdas.




LA MIRADA



La mirada límpida.
Fuego exorcizado en el amor.
Eterno brillo de astros, tu mirada.
 Bandoneón azuleando
un tango bajo las pestañas

Una caracola infinita.

La pequeña estrella
con que jugamos
a lavarle su cara
en nuestra infancia
y ya, de adultos
es la sinopsis de una larga historia
que no cabe siquiera
ni en los besos.






GRITA EL SILENCIO



Amor callado,
silencioso...
Amor de hueso
hacia dentro.
Codorniz
sin canto.
Mudo.
Estalla
en tu vientre
este silencio.

Sin voz te grito..





ORGASMO


En tu piel  escarchas
tus adentros de carbones
ardiendo. 

Toda tú, aleteando libre. 

Cascabel en mis costados.
Susurro. Gemido. Tú.

Historia de  silencios míos
.
Página huidiza
de mis alientos.
Llega ya.

Respírame!!!.





MIENTRAS DUERMES


Madura el sueño en esa cavidad
 donde la bruma conoce de ansiedades
Vas bojeando su estructura vegetal noctuna.
Como el caracol del silencio, Vas.
Dejas en ella, desde la raiz de sus finos pies
y el tronco galaxial de su cuerpo
un enjambre de  besos.
Furia en el ramaje de los cabelllos 
cargados del aroma divino de los astros

Toda ella,  bestia sublime y femenina,
con las garras del sueño
enervando nimbos marítimos,
caracolas celestes,
confunfiendo anémonas de martirios
en tu espalda, ahora yace en la entretela
de Ariadna. Sublime mujer 
Eva de la fruta. Suave mumullo
Abeja rota
, ardidamente
duerme en la placides de tus sociegos,
Desnuda, plácida, como una fruta ocasional y necesaria




POÉTICA


Viene desnuda
tras las metáforas,
o asida a la luz de las frutas.
Llega, se sienta plácida,
fresca, a veces lujuriosa,
a tomar nuestra estancia
como zona de sosiego
y complacencia.
Invade con palabras
y otros sortilegios
el papel en blanco
dando vida planetaria
a todos nuestros sueños.
A veces es catarsis
y, como un agua límpida,
apura la salida
de tristezas y demonios.

Pero llega y la acojo
finalmente,
limpio su cuerpo 
de impurezas,
la mitifico, la violo,
le sorbo hasta la sombra.
Luego doblo el papel
y guardo en un bolsillo




 BUENOS DIAS


. Anoche no fuiste mia.
 Anoche te robaron de mi,
 te secuestraron las huestes del silencio.
Ahora voy a ti, vislumbro tu cuerpo
como catarsis a la desesperacion
tú tambien desesperada, no esperas.
 Abres piernas y brazos para alojarme
en la tibia corola de tu imagen.
Me dejo llevar. Eres ola.
Eres ritmo de una melodia
que solo escuchan desesperadas
 nuestras pieles.
Eres sismo. Quejido. Lloro.
Mi luciérnaga nocturna.
Via Lactea de mis horizontes,
sin brujula vamos, estamos.
Convulsionamos.
Lava ardiente en nuestras entrañas.
Morimos dulcemente.
Orgasmicamente resucitados.




RABIA



Reviertes en paz la santa rabia
esa que reniegas en la ostia
y pones de rodilla a toda costa
el hueso del hambre que no acaba.

Y vas o vienes del beso desnutrido
en la mujer violada en sus adentros
donde colima el pulso de algun verso
con la angustia de lo mismo.

Sin zapatos ni pan, asi va el Hombre
con el duro collar de la tristeza
apretandole el cuello en la certeza
que la vida, ya en él, no lleva nombre. 




VIENTO DE CUARESMA


Hoy  gano mi razón de ser
Junto a lo que pierdo con los días.
En las guerras cotidianas, las porfías
Y el empeño de volar y florecer.

Hoy gano mi razón de esar
Sintiendo la espina en el costado
Amolando el silencio con cuidado
Como afila su ola el fiero mar..

Porque el Ser y Estar es paradoja
Del vivir asumido en el espacio.
Es ese morir tan lento, tan reacio

Sin amor ni vida que te aqcoja.




VEN



Me llaman el anfora dispuesta
y el vino en la copa de la vida
gano del jardin rosa perdida
mas pierdo mi racion en lo que resta.

Me llaman esta vez desde la lumbre
de un sol que ilumina mi costilla,
y me siento a dormir sobre una silla
el ansia que amanso por costumbre.

El ansia que bebo junto al vino
(no olvides tu copa buen hermano)
es esa que muerde, cuando gano,
el alma a mitad de mi camino.



®Ernesto R. del Valle.
Estos poemas pertenecen al libro
®PAPELES ESRUJADOS.

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