AQUELLOS NIÑOS QUE SOMOS (Continuación}

EL TIEMPO Y SU ROSTRO Capítulo 8 ''C uando escuché el estallido del primer disparo, me llevé instintivamente la mano a la cara; comprendí entonces que aquella mañana iba a ser la última de mi vida.'' Así me decía tía cada vez que se me aparecía en cualquier sitio. Me enseñaba el pequeño lunar que le hizo la bala en la mejilla izquierda, aquel pequeño orificio por donde le entró la muerte. A todo esto, la maestra seguía explicando, con su voz aflautada, las tablas de multiplicar, pero yo solamente me escuchaba diciéndole a tía que me dejara tranquilo, que había mucho tiempo después para conversar, pero ella seguía allí, detrás de la maestra, mirándome con aquellos ojos suyos, tan tranquilos. Ahora la maestra escribiendo con su tiza color malva sobre el rostro de tía. Desde allí me está hablando y yo con miedo a que la descubran. Para rehuirla miré por la ventana. Las quicalias [1] mostraban su fuerte ramazón y las flores inundaban con su noble aroma la ...