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Mostrando entradas de junio, 2013

AQUELLOS NIÑOS QUE SOMOS (Continuación)

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. AL RÍO.  P laneamos ir el próximo sábado a bañarnos al río Tínima . Al principio mamá se oponía, pero al conocer que también irían Rolo y Pepín, además del gordo Rafa, cedió al fin. Esa mañana del sábado era tibia y no había nubes. El cielo estaba limpio y brillante, un día bárbaro para un chapuzón. Nos reunimos en casa de Pepín. Cuando llegué ya estaban allí Rolo, Pablo, Manolito. Pablo me presentó a Cundo, un negrito de ojos grandes, como asustados, que vivía con su abuelo por allá por la loma de Juan Caballero, cerca del tejar de los Yánez. Cundo me pareció simpático y hasta le pasó la mano a Jalisco por la guataca en señal de saludo. A todos nos cayó bien y con el tiempo llegó a ser parte de nuestro grupo. Lo sucedido en el río fue tremendo. Hay que decir que Jalisco fue el campeón de natación, salto mortal y resistencia. De regreso a la casa, en horas del mediodía, Jalisco le partió para arriba a unas chivas que se encontraban pastando cerca de un mo

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En el capítulo anterior dejamos a los protagonistas discutiendo sobre la existencia o no de las Picualas.  Jalisco aburrido obligó a su dueño a irse de allí. CON EL PELO ERIZADO (Continuación)   U na tarde, llegando de la escuela, sentí ladrar y gruñir a Jalisco como nunca. Las gallinas del corral, azorada, cacareaban que daban susto. Al entrar al patio, tal parecía que los animales habían visto al mismísimo diablo. -¡Coño!, ¿será que aparecieron las picualas - me dije mirando para las altas nubes. Mamá se asomó a la puerta de la cocina y gritó. -¡Jalisco, basta ya!- y después -¡Antonio, deja ya al animal! Me asomé por detrás de la mata de coco y efectivamente, vi a Antonio el loco dándole golpes a la cerca de varillas de marabú con un saco de yute, mostrando su sonrisa sin dientes como festejando la gracia. Agarré una piedra y sin pensarlo dos veces se la lancé al tartamudo que ni se enteró de mi heroica acción. Llamé a Jalisco y vino hasta mí ladrando, gruñendo y

AQUELLOS NIÑOS QUE SOMOS (Continuación)

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  LAS PICUALAS Estaba a mi lado con su collar de piel color avellana oliendo las pequeñas flores de romerillo que crecían a lo largo de toda la orilla de la acera en que estábamos sentados el gordo Rafa, Pablo y yo, frente al bar de Arturo. Del viejo traga níquel surgían estridentes las melodiosas notas de Silver Star por la Orquesta América. La mañana era fresca y algunos parroquianos llegaban a pie o a caballo para pedir el primer trago del día, nosotros los oíamos, “Arturo ponme una línea de ron sin hielo”. Rafa tenía un libro en sus manos desde cuya portada nos miraba con unos ojos muy nobles una perra, cuyo nombre LASSIE podía leerse en letras blancas en medio de la portada. El gordo comenzó a hojear las páginas hasta encontrar la que se disponía a leer apoyando su espalda a los tabloncillos descascarados de la vieja pared del bar. La sombra fresca a esa hora, más aquella quietud paradisíaca , nos hacia sentir sosegados, frescos, con la mente en blanco. Quizás

AQUELLOS NIÑOS QUE SOMOS (Continuación)

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JALISCO   Era un perro bravo, aunque le saliera muy a las claras su condición de perro “tiralatas” sato o callejero. Rafa me fastidiaba, decía que no tenía “pedigrí” , ná, una palabrita que se le ha pegado de sus lecturas de Lassie o Rintintín. Era blanco con manchas negras o negro con rayas blancas, eso no me importaba en lo más mínimo porque uno quiere a su primer perro del color que sea. Jalisco me daba por las rodillas y eso que yo era alto para mis nueve o diez años. Cuando me veía regresar de la escuela movía su colita negra, contento, porque sabía que yo le llevaba alguna golosina. Lo que más degustaba al sinvergüenza era la conservita de guayaba. Me divertía con él una barbaridad porque la crema se le prendía de los dientes y al cielo de la boca y formaba tal bronca que hasta mamá dejaba lo que estaba haciendo para ver aquello. Nunca supe quien lo trajo ni quien le puso el nombre. Recuerdo que fue una tarde. Regresaba de la escuela y mamá, mientras me camb
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DE MARGARITAS,  FRANKOSTEINS, VAMPIR@S Y SUPERHEROÍNAS  HABLAMOS Por Ernesto R. del Valle Editor Revista Guatiní A Margarita Bokusu Mina , la encontré de repente en uno de sus mensajes de promoción de su novela titulada con el curioso y extensivo título, MARGARITA Y EL MAESTRO. Una historia de vampir@s, frankosteins y superheroínas de barrio  en la bandeja de entrada de mi correo electrónico. No hay encuentro mejor entre dos personas de diferente sexo si de por medio se encuentra la realidad de la flecha de Cupido o de un libro. Y esta  última circunstancia sucedió con esta mujer malagueña, escritora, y su novela. Un encuentro fortuito y a la vez afortunado que me ha llevado a conocer mucho mejor a la autora de la novela  Para conocer de su vida, sus gustos literarios, influencias, planes, etc. he decidido entrevistarla y aquí están sus respuestas. En qué lugar de Málaga naciste? R.- En Málaga capital