NUEVOS POEMAS DE ERNESTO R. DEL VALLE.
Del libro
SIN TITULO
(Inédito)
EL MAÑANA QUE HOY SE VA HACIENDO AYER
Decineto Alejandrino
Vivimos el presente de un hoy tan respetable,
tan bien vestido el pobre, tan necio y elegante,
que al tributar sus aguas de tiempo relevante
se hara triunfo o fracaso, según de quien se hable.
que al tributar sus aguas de tiempo relevante
se hara triunfo o fracaso, según de quien se hable.
Para unos fue una fiesta de sexos y de vinos,
de turbios engranajes y brumosos caminos,
de efimeros amores sin besos ni campana.
Mas fue el ayer vivido a sangre y a coraje,
a fuego redivivo sin tiempo ni paisaje
viviendo cada hora pensando en el manana
a fuego redivivo sin tiempo ni paisaje
viviendo cada hora pensando en el manana

CUBA EN LA SANGRE
No será
este poema quien te aclame
ni
limpie los últimos corpúsculos de polvo
ni salve de las trampas y oquedades
de los
años.
Este
poema, si acaso, sólo servirá
para
añadir un poco de belleza
a las
palabras o para avivar, en breve,
los
fuegos de las pocas amapolas
y aquietar los marasmos
que a
destiempo nos llegan con las lluvias.
Incluso
en tus calles, mis pasos se han perdido
ya ni
huellas de mi asombro sospecho
en las
paredes, ni en las nubes presiento
el amor
a las mujeres que tuve desnudas
y
frenéticas en los recintos de mi cuerpo,
ese
amor, yace como un líquido derramado
a flor
de piel, tranquilo y feliz
su
memoria es una minúscula
partículas
de algo caído por la vida.
Pero te
amo mi querida Isla,
siento
en la sangre
crecer
las raíces de mi gente y sus costumbres,
amenizando
la fiesta interior de mis silencios;
te
siento ombligo adentro
como
una caracola de inocentes viajes
centrándose
en mi pecho y acurrucándose
en la
tibia soledad de mi nostalgia.
Pero ya
te digo, este poema no te aclama
ni se
yergue ante tu imagen.
Está
escrito por alguien que ha salido un momento
a
presenciar las naves incendiadas de su vida
en el
tumultuoso correr de los recuerdos.

POESIA. ALTO VUELO.
(Decineto)
Poesía. Alto vuelo de paloma.
Esencia de lo eterno. Crucial
levadura de lo humano. Aroma
de lo inédito. Envoltura real.
Raíz de una almendra sosegada
donde la fantasía se aloja
cual tuétano de la siempre roja
y demencial sangre. Llamarada.
Pulso de la vida. Muerte y nada.
Carga que no pesa ni acongoja.
Esencia de lo eterno. Crucial
levadura de lo humano. Aroma
de lo inédito. Envoltura real.
Raíz de una almendra sosegada
donde la fantasía se aloja
cual tuétano de la siempre roja
y demencial sangre. Llamarada.
Pulso de la vida. Muerte y nada.
Carga que no pesa ni acongoja.

EL HOMBRE
1
(Décima
endecasílaba y asonante.)
2
Decineto
endecasílabo.
“Esos pies que lo traen y que lo llevan.”
1
La sangre que en las venas lo desgarra.
Estas alas internas que lo elevan.
Aquello que es, y unanime congrega.
Su aire mortal, y dosis de mortaja.
Estas alas internas que lo elevan.
Aquello que es, y unanime congrega.
Su aire mortal, y dosis de mortaja.
Viene con su infeliz hoja de parra
a ocultar lo de todos conocido:
la sombra del sexo en los concilios
del alma. Ese, señores… es el Hombre..
Vil inmundicia, drogas y temores
y en la voz, la mentira, el
escondrijo
2
Mas yo estoy con el
Hombre paralelo
a la salida del sol y de la rosa,
y deja su coraje en cada cosa
que hace en Paz, con amor y con recelo
Estruendo secular y solidario
Junto a la hembra que ama y fertiliza
que por ella y junto a ella canaliza
el breviario de su vida en el planeta
Es el hombre que ante todo es un poeta
Y compendio de la llama y la ceniza.
TRIBUTOS EN MI AUSENCIA
¿A quién molestará la mosca de mi muerte?
¿A quién impugnará en su vuelo?
¿A
cuántos alcanzará con su hedor a mi mortaja?
Quienes llevan
la sangre cercana a mis latidos
rasgarán sus vestiduras.
la sangre cercana a mis latidos
rasgarán sus vestiduras.
Clamarán por mi presencia.
Estrujarán en sus pechos mis libros editados.
Besarán mi rostro en las fotos.
Archivarán mis poemas sueltos
y en cada amanecer estaré en sus recuerdos.
Mis colegas alzarán la copa
para el
brindis en nombre del amor
y de la vida
Pero tú, entre todas,
conocerás a partir de entonces
la sombra de mis caricias,
el valor eterno de los besos.
El dolor que encierra la palabra Amor
en
nuestras vidas.
ALBORADA INTERIOR
(Decineto dodecasílabo)
Al nacer el día, con su impronta magia,
de la sangre pende la razón del pulso.
La página tiene de flor y mortaja
la alquimia del verso, inocente y puro.
Y en esa vendimia del desasosiego,
queda el alma muda, queda el verso ciego
con esa vigencia de sabor a luto.
Mas la sangre viva que en mi copa escruto,
la que fiel defiendo, la que no discuto
me arde en las venas si traidor la niego.
Mas la sangre viva que en mi copa escruto,
la que fiel defiendo, la que no discuto
me arde en las venas si traidor la niego.

LA SANGRE INAGOGABLE
La sangre inagotable de la que hablaba Benedetti.
la defiendo en mi tazón contemporáneo
la defiendo en mi tazón contemporáneo
donde vierto también las brumas de lo
mítico
y las pezuñas del gato globalizado
que el montevideano
no alcanzo a conocer siquiera
aunque sabia ciertamente
que todas las aguas del mundo
eran una abuela.
La sangre separada
no alcanzo a conocer siquiera
aunque sabia ciertamente
que todas las aguas del mundo
eran una abuela.
La sangre separada
en sus fuegos mas latentes,
en sus mas permanentes
atributos familiares
me confirma su sensual raíz,
su eterna diadema de genes
seculares.
La sangre febril, yacente o tributaria,
La sangre febril, yacente o tributaria,
en sus bastiones de cósmica
arrogancia,
hoy bulle en las arterias, se inflama
de recuerdos, apura
de recuerdos, apura
su almendra ante el golpe y la violencia.
¡Se aviva!
¡Se aviva!
¡Crece!
¡Salta!
Poesía de muy buen gusto, amigo. Te felicito.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias José Valle, por tu comentario. Estaamos aquí, en la ruta paralela al sol.
ResponderEliminarMi abrazocordial desde Miami.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo me gusta responder a mensajes anónimos. Me gusta simplemente la cara a descubierto, sin
Eliminaránimo de ofender a nadie. Reciba mi saludo. Gracias.
CUBA Joya y Firmamento
ResponderEliminarHoy, brillas, y no después
en tu mar, la cristalina
nave, trajo al portugués
y al campesino sangró
vacío dejo su arnés
caña y maíz nos unió,
conserva esta isla divina
muchas joyas misteriosas,
en quince gemas preciosas
que al corazón ilumina.
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
“Hombre de Maíz, 2009”
Guatemala, C. A.